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Seguro Médico Internacional: un privilegio que no tiene precio

 

“Nunca nos imaginamos en lo que se convertiría el dolor en el hombro con el que mi papá acudió al ambulatorio más cercano para ser infiltrado”, cuenta Isabel, recordando el día en que la vida de su padre estuvo en riesgo por no contar con un seguro médico.

¿Qué sucede cuando no tienes un seguro médico?

Esta es la historia de Isabel y su papá. Horas después de haber vuelto a casa, ella tuvo que salir de emergencia en medio de una noche sin electricidad porque su padre no podía respirar. Llegaron a la clínica más cercana y el diagnóstico fue neumotórax bilateral por lo que había que ingresarlo de inmediato a terapia intensiva. “¿Está asegurado?”, fue una de las primeras preguntas de los médicos y la respuesta a esta pregunta es lo que, lamentablemente, llega a definir la vida de muchas personas en situaciones críticas.

El papá de ISabel no tenía seguro médico, por lo cual no podía ser ingresado. Lo que obligó a Isabel a dirigirse hasta el Hospital más cercano. Allí seguían las preguntas y respuestas difíciles: con su padre casi desmayado, una doctora lo atendió y con solo palparlo le dijo de la manera más cruda: “Esto necesita un ventilador que aquí no tenemos y en este país (Venezuela) no se consigue fácil. Si lo tienes, perfecto, si no, lo único que puedo hacer por él es sedarlo para que se vaya tranquilo”.

Indudablemente Isabel rompió en llanto, llamó desesperada a toda su familia y allegados pidiendo auxilio. La respuesta al unísono fue: “Llévalo a la clínica y nos endeudamos”. Salvarle la vida a su padre era la prioridad en ese momento, y no tener una póliza internacional debía dejar de ser un obstáculo. Por eso aprovechamos para que conozcas por qué un seguro médico internacional es sinónimo de tranquilidad.

 

“¿Está asegurado?” La respuesta a esta pregunta es lo que, lamentablemente define la vida de muchas personas

 

Familia sin seguro, familia endeudada.

Repasando la historia de Isabel, ella recuerda que entre las personas que llamó estaba un doctor, vecino de su edificio, que le permitió el acceso en la Clínica donde trabajaba. Firmó un compromiso de pago y su padre fue ingresado casi moribundo. Horas más tarde el médico tratante salió a informar que su padre estaba estable, pero muy delicado. Necesitó una “Toracotomía mínima con drenaje torácico bilateral y resección de bullas más tubo de tórax”, resumía.

En ese momento, el monto por el cual ya iba la cuenta era de USD $7.000 y todavía requería de otra operación en la que extrajeran los tubos e hicieran los procedimientos pertinentes, para que el pulmón quedara sellado y pudiera volver a su vida normal. De no realizarse, un mínimo estornudo podría dejarlo sin vida. Con un seguro médico, la preocupación sería otra.

Por tanto, para poder realizar esta segunda operación, y adquirir un compromiso con la clínica de más de USD $14.000, Isabel tuvo que firmar un segundo compromiso de pago y abonar al menos la mitad del pago anterior. Toda la familia aportó parte de sus ahorros. Con préstamos, y un sinfín de deudas con allegados, lograron generar algún aporte a la cuenta, sin embargo todavía no estaban ni cerca de alcanzar la cifra total.

 

Nunca pensaron que se verían al borde la muerte por no contar con un respaldo que les abriera las puertas.

 

Póliza Internacional: una decisión necesaria.

Isabel y su padre siempre pudieron contar con un seguro médico, sin embargo, atravesaban por una situación económica en la que se vieron obligados a desistir de un pago tan importante. Tenían ya tres años de haber anulado su póliza internacional de salud, pues nunca pensaron que se verían al borde la muerte por no contar con un respaldo que les abriera las puertas de un quirófano.        

Entre tantas recomendaciones que recibió, ella tuvo en sus manos el contacto de un Agente PGS a quien llamó y le contó su caso. Después de varias gestiones pudieron cotizar un seguro médico para su papá y recibir asesoría financiera para terminar de pagar lo que hacía falta entre terapias y rehabilitación. 

En muchas ocasiones pensamos que lo que pagamos por una póliza internacional de salud se lo lleva el viento, o no lo vamos a necesitar, pero cuando nos llega el momento, entendemos que lo que se paga no es una prima de seguro, es la tranquilidad de estar en manos de los mejores en el momento en que nuestra salud esté en riesgo. La atención inmediata, de primera y de alto nivel, es un privilegio que no tiene precio. 

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